miércoles, 11 de noviembre de 2015

¿Por qué debes incluir en tu dieta más alimentos integrales?

Los alimentos integrales deben consumirse frecuentemente y no asociarlos exclusivamente a dietas de adelgazamiento.

Se sabe que los alimentos integrales son especialmente buenos y esenciales en nuestra dieta, ya que poseen un alto valor nutricional que en sus versiones refinadas se pierden. Pero ¿son ciertas todas las virtudes que se le atribuyen a estos alimentos? ¿Acaso engordan menos?

Muchos creen consumiendo alimentos integrales van a bajar de peso porque son menos calóricos, y aunque podrían tener algo de razón, esto no siempre se cumple. De hecho, muchos alimentos que presumen de ser integrales o 'light' en realidad no lo son.

Para detectar este tipo de productos hay que tener en cuenta la calidad y la cantidad de sus componentes. Se considera que un producto es integral cuando la primera harina que aparece de entre sus ingredientes es integral, y no de trigo. Además, esta debe estar presente, al menos, en un 51% para mantener los beneficios que ofrece el grano integral a nuestro organismo, según la Food and Drud Administration (FDA) de Estados Unidos.

Así pues, una vez aprendamos a seleccionar estos productos debemos adherirlos a nuestra dieta y consumirlos frecuentemente y no asociarlos exclusivamente a dietas de adelgazamiento, explica a Israel Calderón, especialista de FitNatura (España)

Los granos integrales (trigo integral, avena, centeno) aportan fibra, vitaminas E y B, minerales como hierro, zinc y fósforo, y otros nutrientes beneficiosos para nuestro organismo que se pierden en los procesos de refinamiento de las granos.

Su alto contenido de fibra promueve un mejor tránsito intestinal, pero eso no significa que engorden menos. Engordad no depende de qué comamos sino de cuánto comemos. Eso sí, son más saludables y naturales.

Mirar el número de calorías no es suficiente sino tenemos en cuenta la calidad de ellas. En el caso de los alimentos integrales, estos tienen calorías con nutrientes, por lo que sus efectos en nuestro organismo son más beneficiosos que los de las harinas refinadas que, a largo plazo, acabarán saturando nuestro páncreas e hígado.
RPP

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