Huaral. Y el
fantasma de la vacancia …..
"No griten,
mejoren sus argumentos"
Pepe Ramos-
En la última sesión extraordinaria del Concejo Municipal, para tratar el pedido de vacancia interpuesto contra nuestra alcaldesa Ana Kobayashi Kobayashi, asistimos a una defensa magistral, didáctica y elocuente por parte del Dr. Julio César Castiglioni, quien con mucha sapiencia pulverizó y dinamitó los argumentos de los tres abogados que defienden al peticionante de la vacancia.
Quedó plenamente demostrado, de una manera diáfana y perspicua, que nuestra alcaldesa y nuestro teniente alcalde no han incurrido en causal de vacancia, por cuanto el Dr César Alayo Ramos, no tiene la condición de funcionario público y su contrato de locación de servicios como asesor legal externo, se rige por normas de naturaleza civil, es decir no tiene vínculo laboral con la entidad edil, no se encuentra en situación de subordinado, ni ejerce su asesoría a dedicación exclusiva y a tiempo completo, toda vez que no es un asesor de planta, como lo es por ejemplo el suscrito.
Igualmente quedó demostrado de manera fehaciente que, la defensa asumida por el Dr César Alayo en el Ministerio Público y ante el Concejo Municipal, ha sido sufragada con el peculio de nuestra alcaldesa, y que no se encuentra probado en autos, que se haya dispuesto del caudal municipal para pagar al asesor legal externo, estos dos hechos constituyen el quid del asunto y la indigente defensa del peticionante no ha podido enervar los sólidos argumentos de la defensa de la alcaldesa, ni demostrar lo contrario.
Fue patética y grosera la intervención de los tres abogados, quienes antes la ausencia de argumentos y fundamentos que le permitiesen demostrar su tesis, asumieron una conducta reprobable e impropia, interrumpiendo al Dr Julio César en su brillante informe oral, y vociferando como agitadores de plazuelas, lo que motivó que el Dr Castiglioni con la debida educación, altura y con una tranquilidad, digna de admiración, le dijera la célebre frase de esta vacancia “No griten colegas, mejoren sus argumentos”, realmente sentí vergüenza ajena por el inadecuado comportamiento de mis colegas, quienes ante la ausencia de sustento jurídico, no tuvieron mejor argumento que recurrir al griterío y la insolencia, propio de gente de baja estofa.
La frase del Dr. Julio César Castilgioni me trajo a las mientes la anécdota del Dr Johnson, contada por el escritor Ernesto Sábato en su libro “Uno y El Universo“ (página 19), nos cuenta el escritor argentino lo siguiente : “Cuando el Dr. Johnson sintió que los argumentos del Obispo Berkeley lo estaban metiendo en una maraña, decidió cortar por lo sano, a la acreditada manera de los pragmatistas ingleses: dio un puntapié a una piedra y exclamó ¡-Lo refutó así ¡- . De este modo creía certificar que la piedra no era un fantasma perceptual. ¿Pero acaso las piedras de Berkeley no pueden recibir puntapiés? También en sueños podemos golpear una piedra. No tengo interés en salvar a Berkeley, pero, en prestigio de la inteligencia, solicito mejores argumentos”
En nombre del prestigio de la inteligencia el Dr Castiglioni, le pidió, muy cortésmente, a los abogados defensores de Euclides Gonzales Villavicencio que no griten y mejoren sus argumentos, pero el problema de estos agoreros de tempestades, es que no pueden mejorar sus argumentos, por la sencilla razón de que no los tienen. El Dr Julio César estuvo magnifico, dio una cátedra gratuita sobre el tema a todos los presentes, y su frase será recordada siempre.
Que les sirva de lección a mis colegas, que entiendan que no se necesita gritar, que los argumentos se exponen no se imponen, aunque a veces creo que es arar en el desierto pedirles un comportamiento respetuoso y alturado, a veces pienso realmente, que exigirles educación y cultura a estos señores, es como tratar de poner perlas en el hocico de un cerdo.