La falta de
agua potable, luz y alimentos afecta a varios compatriotas que residen en
Chile. Sin embargo, no se registra peruanos heridos, según Consulado. En tanto,
el presidente Humala convocará a un Consejo de Seguridad Nacional.
Milagros Berríos Ch.
–Díganos la verdad, ¿vendrá un terremoto más fuerte, no?
El mecánico peruano Manuel Gamarra está lejos de su natal Huacho y tiene
miedo. Es el resultado de un terremoto de 8.2 grados, decenas de réplicas y de
vivir un par de días sin agua, ni luz en la provincia chilena de Iquique. Allí
los servicios se restablecen, pero la tierra aún se mueve. “Siento que floto,
parece que estuviera en barco”, explica a sus 28 años. Luego, vuelve la
tranquilidad y respira. Está bien, sano y cree que la situación mejorará.
En los ocho años que Manuel vive allí, nunca vio algo similar: viviendas
dañadas, cortes de luz, agua y seis muertos, entre ellos, un peruano.
Este panorama también atemoriza y afecta a los cerca de 20 mil compatriotas
residentes en esta localidad, una de las más afectadas tras el terremoto. Muchos
de ellos llegaron desde el norte chico o de Trujillo y su forma de vida ha
cambiado.
En varias zonas el servicio de agua potable continúa restringido, hay
problemas con las comunicaciones telefónicas y el servicio de luz. “Pese a la
magnitud, no se han destruido muchas casas, aunque sí tienen daños”, dice
Gamarra, quien reside en el centro de Iquique y cuya casa no fue afectada.
A estas dificultades se suma la de la peruana Yesenia Anticona, que vive
con su esposo e hijos en esta localidad. “Hay pocas tiendas donde venden
alimentos y las filas son interminables”, cuenta. Como ella, varios afectados
deben pagar por un bidón de agua, que normalmente vale 1.500 pesos, cinco mil
(25 soles).
Y no solo eso. Anticona, que vivía en un departamento, hoy reside en la
zona alta de Iquique, en un auto. “En estos días estamos durmiendo en Alto
Hospicio. Mis hijos están agripados por el cambio de temperatura (tras el
sismo), pero estamos bien”, comenta. Otros compatriotas dejaron sus viviendas,
muchas cerca al mar, para pernoctar en carpas ubicadas en zonas como la rotonda
El Pampino. Luego, por las mañanas, algunos retornan a su hogar.
Por su parte, el cónsul peruano en Iquique, Félix Falconí, informó que
los residentes peruanos en esta ciudad no han resultado heridos. “Por el
momento, no se cuenta con datos de residentes peruanos que hayan resultado
afectados por el terremoto”, indicó.
Sin embargo, el Centro Social de Residentes Peruanos en Iquique, que
reúne a unos 400 connacionales, solicita a esta entidad y al gobierno central
urgente ayuda. Su fundador y presidente del comité de vivienda, Douglas Cruz,
comenta que en su vivienda alberga a unos 25 peruanos, entre ellos, diez niños
que lo han perdido todo durante el sismo.
Según el dirigente, la mayoría de peruanos afectados son obreros y no
cuentan con agua, comida, ni vivienda; porque se vienen organizando ollas
comunes. “Tras el terremoto de Pisco enviamos toneladas de ayuda, ahora no
escuchamos algún sonido del Perú”, dice.
Por otro lado, Alejandro Ugarte, ministro consejero de la Cancillería,
adelantó que el consulado viene tramitando la repatriación del peruano
fallecido durante el terremoto, Rolando Pantoja. “La administración pública
también ha colapsado, pero ya se tiene el certificado de defunción”, indica.
Así, este procedimiento se concretaría en 72 horas.
En Tacna aún no se normalizan las clases y se sienten pequeñas réplicas.
Mientras que, más al sur, en Chile, los peruanos aún están alertas a las
sirenas que les quitan el sueño. Esperan que en el Perú nunca se viva algo
similar.