Siguen las celebraciones…Alianza Lima campeón del Torneo del Inca

Alianza Lima derrotó por penales 5-3 a la Universidad San MArtín y se quedó con el Torneo del Inca. En un partido digno de una final, con un 3-3, en el tiempo reglamentario. Íntimos y santos dieron un espectáculo por todo lo que se vivió de comienzo a fin.

Apenas a los 14 minutos el árbitro del encuentro, cobró un penal a favor de la San Martín. Luis Perea se encargó de cambiar penal por gol y los de Santa Anita se ponían 1-0 arriba.

Sobre los 28 del primera parte, Santigo Silva enmudeció el Miguel Grau con el 2-0 para los "santos". Alianza no encontraba la fórmula para poder revertir el marcador adverso a menos de los 30 minutos.

A poco del final, Luis Perea vio la segunda tarjeta amarilla y por ende la roja, la misma que cuestionó el propio jugador. Con el 2-0 arriba y con diez hombres la San Martín, se fueron al descanso.

En el segundo tiempo, el técnico Guillermo Sanguinetti, realizó dos cambios desde el arranque, lo que cambió la cara del cuadro íntimo. Sin embargo, los minutos transcurrían y Alianza no encontraba el ansiado gol de descuento.

A los 84 minutos, apareció Koichi Aparicio para anotar un verdadero golazo desde fuera del área. El triunfo parecía inminente para los de Uribe, pero a los 91" Mauro Guevgeozián anotó el empate agónico que obligó ir al tiempo suplementario.

El primer tiempo extra, tuvo claras opciones de gol para Alianza, pero todo quedó como inició. Al minuto 110 Mauricio Montes de un cabezazo anotó el 3-2 que le daba el título a los victorianos.

Pero inmediatamente después, a los 111 minutos Benjamín Ubierna con disparo y bote en el área marcó el 3-3 definitivo. Con ese resultado todo se resolvería en los penales.

Desde los doce pasos, anotó Ibáñez para Alianza, empató Ballón para la San Martín, Aparicio puso el 2-1, Vásquez marcó el 2-2 en los penales. 

Junior Ponce anotó el 3-2, Carlos Fernández falló su disparo y Alianza se perfiló para ganar el Torneo del Inca. Mauro Guevgeozían fue el quien se encargó de anotar el penal del título con el que celebró todo el pueblo victoriano.